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Como afecta la menopausia en la fibromialgia. Síndrome genitourinario de la menopausia

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Cómo afecta la menopausia en la fibromialgia

Es muy común observar dolencias musculares y articulares en mujeres tras los cambios hormonales que implica la menopausia, estas dolencias afectan a su calidad de vida y sin duda pueden agravar los síntomas de otras patologías que puedan coexistir en el momento. La fibromialgia es una enfermedad que afecta en su mayoría a mujeres entre 40 y 50 años por lo cual, se trata de una afección que sin duda puede complicarse con la llegada de la menopausia. En la entrada de hoy queremos ampliar la información en este tema para que así podamos visibilizar un poco más la fibromialgia en una de sus etapas. 

¿Qué es y cómo nos afecta la menopausia? 

La menopausia es un periodo en la vida de la mujer en el cuál su aparato reproductor femenino deja de producir hormonas como el estrógeno y la progesterona que suele darse alrededor de los 45 años acompañada por la retirada de la menstruación. 

Se puede dividir la menopausia en diferentes fases teniendo en cuenta el inicio de los síntomas, la retirada del periodo y el asentamiento de la misma.  

La perimenopausia es el periodo inicial, tiene una duración de unos 5 años. Durante la menopausia, la fase en la cual cesa la menstruación, se producen cambios físicos y psíquicos, tales como la prolongación de periodos entre menstruaciones hasta finalmente desaparecer, sequedad de la piel, cambios bruscos de peso y disminución de la masa ósea, además de cambios emocionales o pérdida de la capacidad de atención. Finalmente, la postmenopausia es la última fase donde se producen diversas alteraciones debidas al déficit hormonal. 

Aunque todas las mujeres pasan por la menopausia, no todas sufren los mismos síntomas ni con la misma intensidad. De hecho, un 15% de las mujeres no sufre ninguna molestia.
   

Síntomas de la menopausia 

A lo largo de las distintas fases de la menopausia, el déficit hormonal puede provocar síntomas a corto plazo, a medio plazo y a largo plazo. 

Entre los síntomas a corto plazo destacan los sofocos, las cefaleasvértigos y parestesias. Además de esto, es posible estar más nerviosa, padecer ansiedad o una tendencia al decaimiento. 

medio plazo se pueden empezar a describir problemas urinarios ya sea por atrofia urogenital como por incontinencia urinaria y además alteraciones cutáneas. 

Finalmente, entre los síntomas a largo plazo destacar la aparición de osteoporosis y el aumento de riesgo padecer enfermedades cardiovasculares.  

Menopausia en la fibromialgia 

Como ya hemos comentado en entradas anteriores, la fibromialgia es una patología que se caracteriza sobre todo por un dolor difuso y generalizado y algunos de los síntomas descritos anteriormente en la menopausia como pueden ser la fatigaansiedadinsomniodecaimiento, en su gran mayoría, causados por la disminución de producción de hormonas como la progesterona y los estrógenos. 

Los estrógenos, favorecen al flujo sanguíneo y constituyen un elemento fundamental en la respuesta inflamatoria del organismo y el mantenimiento del colágeno y la densidad ósea. 

Según apuntan diversos estudios, los estrógenos están estrechamente relacionados con la percepción al dolor ya que cuando son elevados, el cerebro reacciona liberando endorfinas ante cualquier señal dolorosa mientras que, si los niveles son bajos, dicha liberación de endorfinas será menor y, por lo tanto, la sensación de bienestar y su efecto analgésico será mucho menor. 

Esto indica claramente que la bajada de estrógenos tras la menopausia en mujeres que están diagnosticadas de fibromialgia supondrá un empeoramiento de la sintomatología y la percepción del dolor se verá también alterada suponiendo que pueda en alguna ocasión suponer una reacción más exagerada a la habitual. 

Prevención 

Llegados a este punto, se considera importante poder establecer un programa de intervención en mujeres que padecen fibromialgia y que además se encuentran en el periodo premenopáusico. 

Este plan de intervención tendrá como objetico fundamental poder proporcionar una información adecuada en temas de salud, sexo y además unas medidas generales que incluyen una dieta equilibrada, ejercicio físico y evitar hábitos tóxicos y no saludables. 

Llevar un registro del ejercicio del ejercicio realizado a diario no solo nos ayudará a ajustarnos a nuestras necesidades, sino también a motivarnos viendo los progresos. Podemos incluir qué ejercicio se ha realizado, durante cuánto tiempo, cuánto esfuerzo cree que ha hecho y cómo se ha sentido durante y después del ejercicio.

Y finalmente, lo más importante de todo, mantener los hábitos ganados. Es posible que en alguna ocasión el dolor nos desmotive pero será muy importante, regular la actividad a la intensidad que podamos realizar en esa ocasión pero no dejar de hacerlo.  

Tratamiento de la mujer con menopausia y fibromialgia 

Es muy común que se trate de abordar la menopausia mediante tratamientos hormonales sustitutivos, complejos vitamínicos y minerales, no obstante, por poco invasivo que pueda parecer, siempre debe estar prescrito por un profesional y con un seguimiento médico ya que cualquier cambio puede interactuar con la medicación que ya se toma de forma negativa. 

Por otro lado, cada tratamiento será específico para la sintomatología a tratar. Lo más común en cuanto a tratamientos dirigidos a tratar la bajada de estrógenos son los tratamientos hormonales con el objetivo de reestablecer los niveles mínimos hormonales que permiten conservar una buena calidad de vida durante los años postmenopáusicos. 

Para tratar los síntomas que afectan al aparato musculoesquelético será de vital importancia mantenerse activa y realizar ejercicio físico adecuado a cada situación. Es muy posible que tu doctor además de prescribirte determinados fármacos analgésicos y antiinflamatorios te prescriba realizar algunas sesiones de fisioterapia. 

Síndrome genitourinario de la menopausia

El SGM consiste en una serie de síntomas y signos asociados con la disminución de las hormonas femeninas, los estrógenos, lo cual produce cambios en los labios mayores y menores, introito, vestíbulo vulvar, clítoris, vagina, uretra y vejiga.

Los estrógenos son necesarios para mantener la estructura y la función de la vagina y del sistema urinario inferior. Durante la menopausia, se produce una disminución importante de los mismos y a menudo no es diagnosticada, lo cual tiene un gran impacto en la salud sexual y la calidad de vida de las mujeres.

Los principales síntomas asociados a este síndrome son:
– Atrofia vaginal: suele verse la piel más envejecida, se van borrando (desapareciendo) los labios menores y se va perdiendo el color y la elasticidad previa de la piel y la mucosa.
– Disminución de la lubricación
– Molestias vaginales (tipo picor o quemazón)
– Dispareunia (dolor en las relaciones sexuales)
– Infecciones urinarias de repetición.

Además, la pérdida de la “salud vaginal” hace que el suelo pélvico tambien se debilite, por lo que son más frecuentes los prolapsos vaginales (de la vejiga, del utero y/o del recto).

Más información en este artículo del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz
o en este artículo de la Sociedad española de Ginecología y Obstetricia 

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